Durante tres semanas hemos tenido la suerte de tener con nosotros a la seño María, alumna en prácticas de la escuela de Magisterio. Hoy se ha despedido de nosotros y la echaremos mucho de menos.
GRACIAS SEÑO MARÍA:
- por tu compañía.
- por la ayuda en el trabajo diario.
- por tus sonrisas y tus abrazos.
- por tus ratitos de dedicación a los niños.
Hoy has recibido esos besos y abrazos incondicionales que es la mayor recompensa que todo maestro puede recibir.
Esperamos que vuelvas el año próximo.